El PRP es un procedimiento estético de características inmejorables, ya que promueve la regeneración celular perdida por el paso de los años, mejora la textura de la piel y disminuye la flacidez.
El plasma se obtiene de la misma sangre del paciente, tomando una muestra que posteriormente se centrifuga para separar los glóbulos blancos, rojos, plaquetas y plasma.
Se recomienda desde los 30 años tanto en hombres como en mujeres. Su técnica es muy sencilla y ambulatoria, no deja marcas ni cicatrices y ofrece resultados duraderos. Los pacientes se reincorporan inmediatamente a sus actividades cotidianas.